sábado, 28 de septiembre de 2013

Por el resurgir de la conciencia de clase

Los sindicatos de la CNT tenemos el compromiso de hacer frente a los graves y continuos ataques del sistema capitalista. Es nuestra obligación como herramientas de lucha de los trabajadores unir fuerzas para poner freno y luchar contra la pérdida de derechos laborales y sociales, y responder al empeoramiento de las condiciones de vida de la clase obrera.
Aquí y ahora, expresamos de forma clara nuestros planteamientos:
En relación a las instituciones antiobreras
Manifestamos que ni la clase política ni sus partidos solucionarán los problemas de los trabajadores, ya que sólo son unos títeres corruptos al servicio de la banca y las grandes empresas. Los trabajadores debemos volver a luchar, como hemos hecho siempre que hemos pretendido alcanzar respeto, mejoras de vida y derechos para nuestra clase social. El camino es la lucha (sectorial, social, en los barrios, en los pueblos...). Hay que poner en marcha una de nuestras mejores herramientas de respuesta, la huelga general real, y no repetir escenificaciones de cara a la galería para cubrir el expediente.
Nos oponemos a todas las directrices económicas, políticas y sociales emanadas del FMI, la Troika y la Unión Europea, que hacen pagar a los trabajadores las consecuencias de la crisis que el sistema económico y financiero ha provocado. Los gobiernos y parlamentos nacionales se escudan en las altas instituciones internacionales para imponer todo tipo de medidas antiobreras y represivas, eludiendo así su responsabilidad directa. Sus "soluciones" se aplican a costa de nuestra explotación y sufrimiento, condenándonos a nosotros y a nuestros hijos a un futuro incierto, negro e injusto, mientras aseguran el de las élites políticas y financieras. Están robando la riqueza que generamos los trabajadores en el presente y su avaricia es de tal magnitud que han endeudado y condenan a las generaciones futuras a condiciones de vida contra las que debemos rebelarnos.
Rechazamos las estructuras militares al servicio del capital y los estados, que enfrentan y dividen a los pueblos para mantener el control sobre la materia prima y los recursos energéticos, en sus guerras por la hegemonía económica, sin importarles lo más mínimo la barbarie y el dolor que provocan.
Denunciamos los privilegios económicos, fiscales, laborales o de estamento social de la Iglesia Católica y el resto de confesiones, la clase política, la monarquía y los militares.
En relación a la organización de los trabajadores para la lucha
Expresamos nuestro respeto y reconocimiento a los trabajadores afiliados a CCOO y UGT que aún conservan su conciencia de clase; es decir, a sus bases. Pero a pesar de ser este un manifiesto que llama a los trabajadores a hacer frente común en la lucha, no por ello vamos a dejar de decir bien alto y bien claro que mostramos nuestro rechazo y repulsa a los pactos que, a espaldas de los trabajadores y sus intereses, firman y negocian las cúpulas dirigentes de CCOO y UGT. También condenamos sus prácticas traicioneras y desmovilizadoras, que pretenden controlar o acabar con otras luchas sociales y sindicales legítimas y autónomas.
Denunciamos la trayectoria de CCOO y UGT, que demuestra sin ningún género de dudas que actúan como instrumentos del sistema, movidos por sus propios intereses: subvenciones, favoritismo, clientelismo... y un sinfín de actuaciones que nada tienen que ver con la defensa de los derechos de los trabajadores. Se han convertido hace tiempo en cómplices necesarios y gestores del sistema a la hora de controlar, vender y utilizar a la clase obrera, arrogándose su representación, legitimados por los gobiernos y la patronal como interlocutores "legales y democráticos" para permitir al capital expoliar al pueblo y desmontar las conquistas obreras que tanto les costó alcanzar a los trabajadores que nos precedieron.
Por tanto, hacemos un llamamiento a todos los trabajadores que conforman estas organizaciones a que las abandonen y no sigan ni sosteniendo ni apoyando a quienes de forma constante traicionan no solo a sus bases sino a toda su clase. Les pedimos que no se retiren de la lucha, sino que, como personas libres y conscientes, se autoorganicen o se integren en otras organizaciones obreras.
La historia reciente, desde los Pactos de la Moncloa, nos demuestra que la participación en el modelo sindical oficial basado en la delegación del poder y la responsabilidad de los trabajadores en representantes a través de elecciones sindicales sólo debilita a la clase obrera. Los cauces establecidos del sistema de representación unitaria en los comités de empresa se convierten en una escenificación controlada que imposibilita la acción sindical, que solo puede ser real si parte de los propios trabajadores.
La CNT afirma que sólo puede ser calificada como sindicato una organización obrera autónoma; es decir, sostenida económicamente y gestionada por los propios trabajadores. Sólo un sindicalismo de clase sin injerencias políticas ni corporativismos puede proporcionar una unidad de acción y una respuesta global con capacidad transformadora.
Apoyo a las luchas sociales, desde el respeto y el reconocimiento a quienes las protagonizan
Desde CNT hacemos un llamamiento a todas las personas de clase trabajadora, en activo, parados, precarios, jubilados, inmigrantes, estudiantes, desahuciados, etc, en definitiva, a todas las personas que sufrimos las injustas consecuencias del capitalismo, a enfrentarse a aquellos que nos oprimen.
Es necesario que todos hagamos un esfuerzo de solidaridad sumándonos a los actos de protesta que se sucederán en todo el estado durante los próximos meses en defensa de la educación, la sanidad, las pensiones, el derecho al aborto, y en definitiva de nuestra libertad y nuestras condiciones de vida. Paremos el expolio de nuestros derechos y acabemos con sus privilegios.
En la lucha es donde debemos encontrarnos todos para responder como clase obrera a los graves ataques del capitalismo. Es el momento de confluir en las calles para entre todos fortalecer las luchas y así de una vez por todas hacerles ver al Capital y al Estado que no les va a ser sencillo seguir arrebatándonos derechos sociales y laborales.
Por el resurgir de la conciencia de clase
Los sindicatos de la CNT nos oponemos y denunciamos todas las injustas medidas que este sistema social nos impone, pero somos conscientes de que, a día de hoy, como organización no podemos enfrentarlas solos y sin apoyos. Nuestras causas de lucha son las de nuestra clase social. Tan solo la clase trabajadora unida podrá defender y conservar todo aquello que nos es necesario y común. La guerra de clases nunca ha desaparecido: debemos defendernos y pasar al contraataque. Las personas que conformamos la CNT estamos dispuestas y en lucha, pero necesitamos de nuestros hermanos y hermanas de clase que deis un paso al frente y que vuestra responsabilidad individual se convierta en confrontación colectiva.
¡Que se alce la protesta y se extienda la revuelta!

lunes, 9 de septiembre de 2013

26S, Jornada de lucha en defensa de las pensiones

La CNT rechaza cualquier reforma o recorte del actual sistema de pensiones por parte del Gobierno y la Patronal. A la vez, nos oponemos a que CCOO y UGT se otorguen la representación de todos los trabajadores para sentarse en un despacho a negociar cómo seguir destruyendo el futuro y la cuantía de nuestras jubilaciones.

Tampoco reconocemos como válido el Pacto de Toledo (formado por partidos, empresarios y sindicatos oficiales) para que decida sobre nuestras jubilaciones, ya que este organismo ha demostrado en diferentes ocasiones que tan solo es un instrumento para desmontar y robar los pocos derechos que nos quedan a la clase trabajadora.

La CNT saldrá a las calles el jueves 26 de septiembre, denunciando y oponiéndose a la reforma y recorte de las pensiones. Os invitamos a todas y todos a sumaros, y a luchar colectivamente contra esta nueva agresión del sistema contra nuestros derechos y condiciones de vida.

26S, jornada de lucha en defensa de las pensiones ¡Acude!
¡Que se alce la protesta y se extienda la revuelta!

Secretariado Permanente del Comité Confederal de CNT-AIT

El trágico negocio de hacer rentable el tren

Privatizar un servicio del índole que sea convirtiéndolo en negocio para rentabilizarlo, y obtener de él beneficios monetarios, ocasiona siempre fatales consecuencias. Pero ni nuestras reiteradas denuncias desde hace años, ni las protestas ciudadanas, ni  numerosos estudios que lo prueban, ni la esclarecedora, por desastrosa, experiencia privatizadora en Inglaterra , ni tan siquiera las 79 víctimas del evitable accidente de Compostela, rectifican el ansia privatizador del Gobierno.
Las alocadas actuaciones que ahora anuncian en materia de seguridad ferroviaria  suenan a refranero castizo, “A buenas horas…” y a golpe de pecho, y confirman su plena responsabilidad en la catástrofe por no haber aplicado a tiempo aquellas que lo hubieran evitado (6.000 míseros euros cuesta un juego de balizas ASFA y, algo más, poner en servicio el ETCS en los Alvia. Ambas medidas imposibilitan la sobrevelocidad de un tren en un trayecto protegido, y una sólo, lo hubiera evitado).

Pero la verdad es, que mientras el Ministerio, y los Presidentes y altos cargos de ADIF y RENFE que gestionan el ferrocarril sigan viendo en el tren un negocio sobre el que aplicar recortes y del que obtener beneficios económicos (incluidas las ventas millonarias a otros países), en vez de gestionarlo como el medio natural más eficiente para el transporte de personas y mercancías, cohesionando el territorio, siempre que se haga al coste que la eficaz prestación del  servicio exige, el ferrocarril, como el resto de servicios, seguirá deteriorándose paulatinamente.
Ellos son los verdaderos responsables de la magnitud de la catástrofe y si tuvieran sólo un poco de vergüenza habrían dimitido nada más producirse. Ellos son los responsables y la privatización, con los recortes, el escenario que propició la tragedia más allá del descuido o no, de un trabajador convertido vilmente en “chivo expiatorio”, en tanto los morbosos medios de comunicación provocaban su linchamiento social.
Un escenario ferroviario donde los recortes presupuestarios deterioran cada día más las condiciones de fiabilidad y seguridad propias del tren, atrapado en una faraónica red de alta velocidad que consume todo tipo de recursos, segrega social y espacialmente el territorio, reporta votos políticos y da suculentas ganancias  en concesiones de obras y material. Así el tren hecho dinero, sacrifica la posibilidad de desarrollar un verdadero servicio público ferroviario útil y económico, capaz de corregir desequilibrios sociales y espaciales, y adecuarse a las dimensiones del territorio y a la distribución espacial de la población, mediante una red de altas prestaciones en régimen de “velocidad alta”, con  un umbral de 250 km/h., límite de velocidad que exige para superarlo en óptimas condiciones, un aumento exponencial de todo tipo de costes en infraestructura, materiales,  explotación y mantenimiento.
Sobre la explotación ferroviaria por RENFE y ADIF, la CNT ya denunció a finales del siglo pasado la eliminación del ayudante de maquinista por las condiciones en  que se hizo: “Si se elimina el ayudante, [decíamos] sin aplicar los medios tecnológicos necesarios para evitar que la seguridad del tren  dependa exclusivamente  del maquinista, se daña su dignidad profesional al reducir la seguridad […] y bastaría un solo accidente grave derivado de la eliminación del ayudante para convertir el supuesto ahorro de la medida en “el chocolate del loro”. De nada sirvió.
Años más tarde (2007), con una dura lucha en el AVE incluida, denunciamos que la implantación de la Ley del Sector Ferroviario, la reducción de presupuestos, y sobretodo mantener la antigüedad como único criterio de  selección, unido a la drástica reducción de los períodos de formación a los maquinistas de Alta Velocidad, además de dañar la calidad e imagen del servicio ferroviario, deterioraba la seguridad y acabaría por cargarse la supuesta “gallina de los huevos de oro” en que se quiso convertir al AVE. Tampoco sirvió de nada.
Hoy las fatales consecuencias son evidentes. Pero  hay mas casos derivados de los recortes, cobardemente silenciados: Se sigue realizando la exploración de vía (comprobación de que está libre de obstáculos) con el primer tren comercial cargado de viajeros. En vez de mantener como sistema de control en alta velocidad el LZB (AVE Madrid-Sevilla) cuya fiabilidad tras 20 años en funcionamiento raya el 100%, se elige por ser más barato y para dar negocio a otras empresas, el ERTMS, sistema no contrastado y menos fiable, que además se utiliza en una versión degradada (ETCS nivel 1) que en lugar de dar información permanente al maquinista de las condiciones de circulación, lo hace sólo puntualmente (al paso por una baliza).
En este escenario  de recortes que afectan al mantenimiento y a la seguridad, se han producido  otras situaciones de riesgo en las que afortunadamente no hemos tenido que lamentar víctimas. En abril de este año la puerta de un vehículo 130 salió volando literalmente cuando  circulaba cargado de viajeros a mas de 200 km/h. Poco antes el disco de freno de otro tren de alta velocidad (modelo 102) se descolgó del eje cuando circulaba con viajeros a 270 km/h. Algunos taludes y trincheras de las vías de alta velocidad están en un proceso de degradación y desmoronamiento sin que se les ocurran más medidas que colocar señales de advertencia de peligro…. Ejemplos, y hay mas, probatorios  de lo que estamos denunciando, y , por más que criminalicen a los maquinistas cuando ocurre una desgracia, ejemplos evidentes de que es su profesionalidad y la del resto de ferroviarios de a pie, la que, como siempre, está evitando males mayores.
Demostrada la incapacidad profesional y la perversión de los aludidos  gestores del ferrocarril,  responsables directos de tan lamentable como evitable tragedia ferroviaria, no menos deplorable resulta la actitud de los sindicatos presentes en el Comité General Intercentros. A excepción de la CGT en algunos casos (aunque a la hora de la verdad, presa del clientelismo electoral y los votos no puede romper con los sindicatos institucionales y denunciar su amarillismo) los demás sindicatos mantienen una vergonzosa connivencia y colaboración con Renfe, Adif y el Ministerio. Muy preocupados por salvar sus privilegios, sobre todo en cuanto a liberados y horas sindicales regaladas, alguna vez orquestan jornadas de protesta, para lavar su imagen, siempre aireadas a bombo y platillo por los medios de comunicación. En el paroxismo del amarillismo sindical el Semaf llegó a celebrar en su día como una gesta la venta del ayudante de maquinista por un “puñado de pesetas” de entonces; CCOO y UGT difundieron en profusos comunicados las “bondades” de la Ley del Sector Ferroviario, y todos, desde los comités de seguridad guardan un silencio cómplice con las anomalías aquí denunciadas.
Por eso, en defensa del tren como un verdadero servicio público, animamos a los ferroviari@s, a rebelarse contra la sumisión sindical, y a retomar la senda de la autoorganización y la lucha a través de la unidad de acción en Asambleas decisorias, para recuperar el sindicalismo revolucionario de clase con la CNT. Si no, exigir a vuestras organizaciones que rompan con la colaboración y el pacto interclasista, y  rechacen las prebendas y privilegios de subvenciones empresariales y estatales, liberados, horas sindicales de ocio… que mantienen “cautivo y desarmado”, y sumiso como nunca, al Movimiento Obrero.
Sección Sindical en Renfe Operadora

CNT Andalucía ocupa las dependencias de la Seguridad Social exigiendo pensiones dignas para tod@s

Hoy lunes, 9 de septiembre, alrededor de 100 militantes de la CNT- Andalucía acaban de ocupar las instalaciones de la Seguridad Social en C/María Auxiliadora, 4 en Sevilla en protesta por los recortes en el sistema público de pensiones propuesto por el Gobierno del PP, ha instancias de la Troika y de las instituciones finacieras internacionales y en favor de pensiones públicas dignas para tod@s y tod@s.
Cerca de 100 cenetistas, de distintos puntos de Andalucía, han ocupado las dependencias de la Seguridad Social en C/Maria Auxiliadora, 4 de Sevilla  , reclamando la retirada del recorte de pensiones propuesto por el Gobierno y pensiones dignas para la clase trabajadora.
Con esta ocupación la CNT pone en marcha una campaña para exigir pensiones dignas para todos y todas, con medidas para el reparto del trabajo y la riqueza, llamando a movilizarse contra los nuevos recortes de derechos previstos por el gobierno.
CNT rechaza las propuestas del “grupo de expertos” que el gobierno ha planteado en la mesa de negociación a los sindicatos institucionales y a la Patronal, y que, en la misma línea que las anteriores reformas, no hace sino recortar derechos y prestaciones a los trabajadores y trabajadoras  en su jubilación. CNT rechazó en 2011, el acuerdo que sobre pensiones alcanzó el gobierno del PSOE con la patronal y CCOO y UGT, y que asumía los principales argumentos del dicurso neoliberal sobre las pensiones públicas Acuerdo del que se deriva la nueva reforma como una nueva vuelta de tuerca destinada fundamentalmente a recortar el gasto público en pensiones , recortando el poder adquisitivo de los y las pensionistas.
Para CNT las pensiones se han de financiar con las contribuciones de la sociedad, bajo el principio “de cada cual según sus posibilidades, a cada cual según sus necesidades”, asegurando pensiones dignas para todoy todas. Para ello, las contribuciones empresariales y financieras a las pensiones deben aumentar (sus beneficios no han dejado de aumentar mientras nuestros salarios están en caída libre). Está claro que las pensiones no son una prioridad del Estado (no así como el pago de la deuda, introducido en la Constitución en cuanto lo exigió la clase empresarial).
Para CNT, las pensiones, junto a la sanidad y la educación públicas y el apoyo a la dependencia deben estar en el primer lugar entre los gastos de la sociedad. Los sistemas privados de pensiones no deben tener ningún apoyo público. Es necesario tomar el control social de los sistemas públicos de protección social apostando por su autogestión y democratización por parte de los propios trabajadores, usuarios y la colectividad en general, con medidas  para el reparto del tiempo de trabajo y de reducción del paro.

jueves, 5 de septiembre de 2013

La CNT ante la nueva Reforma de las Pensiones

En el contexto actual el pensamiento en colmena nos lleva a la crítica simplista de los recortes en las pensiones “públicas”, desde el punto de vista de la defensa de las mismas, frente a las privadas. El debate no está siendo bien enfocado, ya que no se trata de una dicotomía entre pensiones públicas o privadas, sino entre que el control sobre nuestra vejez lo tenga el Estado o las empresas privadas. Este marco de protestas reduccionista lo están poniendo los grupos políticos de izquierdas, defensores del papel Estatal como modo de conservar sus privilegios. Es necesaria la memoria histórica para comprender esa tercera vía que ninguno de ellos quiere ni tan siquiera mencionar, donde los propios trabajadores organizados gestionemos la salud y las necesidades colectivas sociales.
Mucha gente se está echando las manos a la cabeza por lo que supone la nueva Reforma de las Pensiones. Somos muchos los que vemos alejarse la hora de la jubilación, y somos muchos también los que ni siquiera la vemos como una posibilidad remota. También sabemos que las cuantías que recibamos van a reducirse y que se va a beneficiar al negocio privado de las pensiones. En realidad es algo que se podía intuir, ya que no es la primera, ni seguramente será la última Reforma de las Pensiones.
Las modificaciones de 1985, 1997, 2002, 2006 y 2011 han llevado una línea clara: retrasar la edad de jubilación, fomentar que la gente siga trabajando después de la misma y apoyar el negocio redondo de la Pensiones Privadas, a través de desgravaciones fiscales. Aunque en estos años se han creado pensiones de miseria, muy similares a la caridad cristiana, pero a través de la contribución obligatoria vía impuestos, en general la situación ha ido a peor. La clave del por qué éstos recortes en las condiciones sociales es la nula fuerza de la clase trabajadora, totalmente desmovilizada, para enfrentarlos.

CLAVES HISTÓRICAS PARA COMPRENDER LA SITUACIÓN ACTUAL:

El Sistema Público de Pensiones no es un invento de hace dos días. Si en Europa se implanta el sistema de Seguridad Social Bismarckiano a mediados del siglo XIX, en España no es hasta el año 1908 cuando se crea el Instituto Nacional de Previsión, que pretendía diseñar un modelo de pensión de vejez, en un régimen de afiliación libre, subvencionado por el Estado y dependiente del mismo. Desde ese momento, el modelo fue evolucionando y ampliando servicios, a costa de ampliar las aportaciones patronales y de los obreros, en un principio libremente, pero más tarde de manera obligatoria. La clase trabajadora en general desconfió de esta medida.
Ahora bien, no podemos dejar de lado el contexto en el que se daban estas supuestas mejoras a la clase trabajadora, que era precisamente un momento de alta conflictividad social, y sobre todo de gran organización obrera, que, aunque insuficientes, mantenía sistemas de solidaridad para mantener a los trabajadores en casos de vejez, accidentes u otros eventos inesperados. Los gremios, las casas de socorro, las mutuas obreras, las bolsas de trabajo y finalmente los sindicatos, daban solución en gran parte a lo que conocemos como Seguridad Social, y de ahí su nombre, "social" que no "estatal". En realidad, el Estado y la Patronal quitaron el control de la solidaridad a los obreros que perdían así la capacidad de decisión sobre su pensión, a cambio de financiar ellos mismos su propia paga de vejez: Patrón y Estado obtenían el dinero de las cuotas que ingresaban a costa del esfuerzo de los trabajadores. De hecho sistemas de pensiones estatales comenzaron sin cotización directa del trabajador ya que al fin y al cabo lo que aporte tanto el Estado como la patronal es riqueza enajenada a los trabajadores.
¿Y AHORA QUÉ?
Es evidente que el Estado tiene herramientas suficientes para que la caja común de las pensiones no se rompa. Es evidente también que la única manera de que el Estado no desmantele las pensiones es que haya una respuesta social suficientemente potente como para mantener el sistema de pensiones. Pero desde CNT entendemos que es más importante ir a la raíz del problema para poder llegar a una solución.
En primer lugar, hay que ser conscientes, como hemos comentado, que el Sistema de Pensiones se sustenta a través del esfuerzo diario de la clase obrera. La dotación económica de la caja común parte: de las cotizaciones empresariales, cada vez más bajas y que salen directamente de la explotación de los trabajadores; de los impuestos, cada vez más injustos, que nos roba cada día el Estado; más las cotizaciones forzosas de los trabajadores a la Seguridad Social.
En segundo lugar, visto que el problema es la explotación de la clase obrera por quienes ostentan el Poder, hay que comprender que la única lucha que nos llevará a cambiar las cosas, será la que esté libre de injerencias de los políticos, que sólo buscan encaramarse al Poder. Por tanto, no debemos hacer seguidismo de las consignas de Partidos y Sindicatos Oficiales, no debemos dejarnos llevar como ovejas al matadero electoral, sino que tenemos que generar planteamientos propios, que salgan del marco de propuestas establecido, que sólo nos lleva al callejón sin salida de cambiarlo todo para que nada cambie.
En esta línea, desde la CNT siempre nos hemos opuesto a la intervención del Estado en la solución de los problemas de la clase trabajadora, porque precisamente es uno de los causantes de nuestros males. Nos oponemos también por coherencia a la intervención del Estado en los cuidados de nuestra vejez. Sin embargo mientras no recompongamos un movimiento obrero capaz de tomar el control y proporcionar una cobertura social a todas las personas, nos tocará defender lo que tenemos contra los recortes en las condiciones laborales y de vida, en este caso las pensiones.

NO HAY FUTURO SIN PRESENTE

No podemos olvidarnos de reconstruir herramientas que nos permitan tener una vejez segura, que dependan sólo de nosotros/as mismos/as, es decir, de los/as trabajadores/as libremente asociados. El pacto de apoyo mutuo y solidaridad que nos une a las personas que formamos la CNT, debe ser la base para un futuro de pensiones de control obrero. Un sistema basado en la solidaridad, el apoyo mutuo y la libre federación de comunidades libres. Mientras parte de la lucha está en tomar el control social de los sistemas públicos de protección social, apostando por su autogestión y democratización por parte de los propios trabajadores, usuarios y la colectividad en general.
Es la lucha la que nos da lo que la ley nos quita, y en última instancia es destruir por completo el sistema establecido para cambiarlo por otro que nos valga, lo que nos permitiría pasar la tercera edad con tranquilidad y buena salud.
Secretariado Permanente del Comité Confederal de CNT-AIT