jueves, 20 de mayo de 2010

El gobierno se quita definitivamente la careta de progresista y social

Para CNT el coste de la crisis debe recaer en quienes la han creado: entidades financieras y las inmobiliarias.

El sindicato anuncia movilizaciones.


Se veía venir: los planes del gobierno para estabilizar y reducir el déficit público, que ya superaba el 11%, han hecho recaer el coste de la crisis sobre los hombros de los más desfavorecidos. Aunque habrá que ver cómo concreta el Consejo de Ministros el próximo viernes las medidas anunciadas ayer, es más que evidente que las propuestas económicas van encaminadas a satisfacer a la banca y a la patronal (no en vano, estos últimos se han lanzado rápidamente a aplaudir las medidas), y de camino transigir ante los designios neoliberales que imperan en la UE.

CNT, que este año celebra su centenario de existencia, y quizás por eso mismo, por la experiencia, viene actuando -en la medida de sus posibilidades- para frenar la sangría de parados, así como denunciando la complacencia gubernamental con la banca y las grandes inmobiliarias y las pocas ganas de sacar a la superficie ese 25% del PIB que está sumergido, denuncia igualmente la desidia subvencionada del sindicalismo oficial que hasta ahora no ha encontrado motivos para movilizarse. Hay, por tanto, una complicidad sindical -al menos del sindicalismo oficial- en estas medidas.

CNT cree que si hubiese habido unas movilizaciones previas, el gobierno no se hubiese atrevido a presentar las medidas que anunció ayer y hubiesen recortado de otros lados. También se hubiera preocupado de buscar ingresos donde realmente se encuentra el dinero; esto es, en la banca, en la bolsa, en los impuestos de sociedades, de sucesiones, en los edge founds, etc. Es notorio, por ejemplo, que en todo el paquete de medidas no se mencionen las grandes fortunas que se encuentran refugiadas en las Sociedades de Inversión de capital Variable (SICAV) y continúan tributando al 1%, que no se persiga el fraude fiscal de las grandes empresas que puede llegar a los 280.000 millones de euros aproximadamente y situaciones similares.

Para CNT el coste de la crisis debe recaer sobre los que la han creado, que no son otros que las entidades financieras y las inmobiliarias; pero como no será suficiente para tapar el déficit, CNT propone que el sueldo de los políticos -de todos- sea igual que el de los funcionarios a quienes van a rebajar el salario, al fin y al cabo dicen que trabajan para los ciudadanos; la eliminación total de cualquier tipo de subvención a sindicatos y partidos; la eliminación de ayudas a las diferentes confesiones religiosas; la puesta en marcha en la Agencia Tributaria y en la Inspección de Trabajo de unidades especiales contra la economía sumergida, la eliminación de las misiones militares en el exterior, que sólo entre enero y septiembre del año pasado superaron los 713, 5 millones de euros...

Finalmente, CNT considera una equivocación seguir negociando la reforma laboral, que no es sino una concesión a la patronal, puesto que va a suponer la pérdida de más derechos y que un sindicato mínimamente serio no debería hacer. Por todo ello, para nuestra organización, la única posibilidad de ir corrigiendo esta situación es luchar contra esta agresión de los poderes económicos mediante el enfrentamiento social, continuando y ampliando las movilizaciones que, en la medida de nuestras posibilidades, hemos protagonizado ya en diferentes sectores y localidades.